lunes, 30 de mayo de 2011

Después de la tormenta...

Ahí estás. En medio de la tormenta. Caen rayos y truenos. Y cuando parece que se calma todo, resulta que vuelve a llover, aunque con menos intensidad. Hasta que al final, cuando menos lo esperas...sale el sol.
No un sol cualquiera. Un sol grande y radiante. Un sol que te gusta, pero que te da miedo mirar directamente, porque sabes que puede hacerte daño.

Aún así eres feliz, o alcanzas un estado parecido a la felicidad del que no quieres salir nunca más. Sabes que saldrás, pero cuanto más tardes mejor. Porque no se gana nada saliendo otra vez a esperar que truene y se ilumine el cielo. Es preferible esperar a que se ilumine sólo por el sol mientras esperas tranquilamente en casa escuchando música.

Y es mejor así, porque descubres nuevas cosas que la lluvia no te permitía ver. Sonríes más fácilmente y tienes sentimientos de los buenos. Te invade la sensación de paz, pero sin nublarte los ojos impidiéndote ver la realidad. Es un estado...(casi) perfecto.


Es cuando descubres que es mejor soltarlo todo, lo bueno y lo malo, porque después estás mejor que al principio. Pero, ¿dónde está el límite?¿Es bueno callarse ciertas cosas o es mejor decirlas y esperar a ver qué pasa? Eso ya....poco a poco. Nunca es bueno tener sobre dosis.




¡A disfrutar del sol mientras dure!




                                         Y a ser un poco menos loca...




De charla con mi cabeza

Eres felicidad. Recuerdos agradables...momentos divertidos...días de pasión...amor al cuadrado...mensajes preciosos...veranos soleados...paseos interminables...postres deliciosos...sonrisas complacientes...risas contagiosas.
¡Ya podrías ser siempre así!

Pero no.

Eres tortura. Deseos que ya no pueden ser...sueños que no se cumplirán...palabras que se quedaron atrás...amigos perdidos o enemigos encontrados...todos los fantasmas del pasado que no paran de perseguirme y aturdirme. ¡Déjame en paz!

Eres locura. Retorciendo todo...planteando situaciones improbables...imaginando pasados, presentes y futuros alternativos...sacando palabras de contexto...buscando y encontrando la parte mala de todo, muchos contras...¿y los pros? ¡Para ya!


No me dejas decir que soy feliz, no puedo disfrutar siempre que quiero. Tienes que hacerme sentir mal. Por mí, por los demás. No me dejas decidir, le das la vuelta a todo. Indecisa es la palabra que mejor me define. Por tu culpa. No me das tregua, ni por el día ni por la noche.

Aunque eres parte de mí, yo te creé. Seré yo la que no quiere ser feliz, la que no hace otra cosa que arrepentirse. Arrepentirse de lo que no llegó a ser, de lo que quise sentir y de lo que sentí sin quererlo. De lo que realmente pasó pero no tiene nada que ver conmigo. Seré yo la culpable. La culpable de lo que les pasa a los demás, de las locuras de otros, de que la gente cambie. Por lo menos seré yo la que se "siente" culpable, por pensar cosas que no son, o que son pero no quiero verlas.

Seré yo la que se está volviendo loca...

viernes, 27 de mayo de 2011

Música

¿Qué sería de la vida sin música?

Ayuda a que nos animemos con canciones alegres, a que nos divirtamos con canciones con letras cómicas, a que bailemos con música de discoteca (o ska, rock, pop...¡que narices!, hasta la del telediario.). Pero cuando no queremos animarnos o nos ponemos romanticones también tenemos canciones.

Para los niños, música infantil; para jóvenes, cualquiera que suene; para los adultos, canciones antiguas; para los ancianos, cualquiera que no sea muy ruidosa. (O todas para todos, que para gustos los colores.)

Hay canciones que son sólo canciones, pero algunas son algo más. Son un recuerdo de aquellas vacaciones en la playa, de ese cumpleaños que nunca olvidarás, de tu primer amor, de los siguientes amores, de tu abuelo cuando ibas a su casa y estaba con la radio...casi de todo. Porque los recuerdos si vienen acompañados de una buena banda sonora son mejores todavía.

Y ¿qué me dices de esas canciones que cuándo las escuchas se te pone la piel de gallina? De esas canciones que parece que han sido escritas pensando en ti, en lo que pasa por tu vida, por tu mente. Esas canciones que saben expresar mejor tu estado de ánimo que tu mismo. Porque cuando no tenemos palabras para decir lo que sentimos recurrimos a la música. 

Para conquistar al amor de tu vida, para reír con tu familia, para bailar con tus amigos o para llorar a solas.

Porque la música es vida, 
y la vida sin música no es vida.

¡Gracias!

Haces mi locura más interesante...


jueves, 26 de mayo de 2011

Cuando las vacas vuelen.

Nunca.
Tendemos a usar esa palabra demasiadas veces... "Nunca haré eso." "Jamás iría a ese sitio." "De ninguna manera haré lo que dices."
Pero (casi) SIEMPRE acabamos haciendo lo contrario.. (Siempre: otra palabra que decimos muy a la ligera...)

Ya puedes jurar y perjurar lo que quieras, que algún día te comerás tus propias palabras. Ya puedes ser el típico niño bueno que dice "Yo nunca beberé, ni fumaré, ni me juntaré con gente rara...", o el super amigo que dice lo típico de "Nunca dejaré a mis amigos por una chica", o el novio que no para de prometer "Nunca te dejaré, nunca te haré daño."

Puede que en el momento de pronunciar esas palabras vengan desde lo más hondo de uno mismo y suenen a pura verdad, pero no nos engañemos, no somos adivinos. No sabemos que nos deparará el futuro, por mucho que queramos que sea de una forma u otra. Porque las personas cambian, por las circunstancias, la gente que les rodea o por la mínima cosa.

Y al "romper" esa promesa que hicimos (ya sea a otras personas o a nosotros mismos) el peor parado es el que la dijo. Te arrepientes. Te arrepientes de haber echo alguna vez esa promesa, te arrepientes de no haberla cumplido, te arrepientes de la persona que eras, o de la persona en la que te has convertido. Y no hay marcha atrás, sólo un camino que seguir.

Pero ya sabemos que las palabras se las lleva el viento, y las palabras "nunca" y "siempre" viajan en primera clase.

Asique nunca digas "nunca digas nunca".
Por lo menos no....hasta que las vacas vuelen...

Siempre dije que nunca me volvería loca.


miércoles, 25 de mayo de 2011

¿Y si...?

¿Quién no ha usado alguna vez ese inicio de frase?

¿Y si hace malo y no podemos disfrutar de la visita? ¿Y si pasa algo y no nos dejan ir? ¿Y si nos perdemos?
¿Y si no estuvieras conmigo? ¿Y si lo dejáramos? ¿Y si engordo? ¿Y si ya no sientes lo mismo?

¿¿Y si te callas y dejas de decir estupideces?? (Eso pensará el/la que esté escuchando las anteriores preguntas..)

Es raro pensar posibles futuros, pasados o presentes. Lo que se "lleva" ahora es no pensar. Suena un poco drástico, lo sé, pero es la verdad. La juventud de hoy en día vive en el presente, sin importarle nada más. Visto así parece estupendo. El "carpe diem" de toda la vida. Pero cuando la vida te da patadas te paras a pensar dos veces antes de "vivir el momento", porque ya has espabilado y sabes que todo tiene su lado bueno y su lado malo...

Pero, ¿es verdad eso de que hay seres humanos incapaces de comerse un poco la cabeza aún intentándolo? Yo no me lo creo... Me niego a creerlo.
Será que algunos somos demasiado indecisos y tendemos a usar esas frases para buscar respuestas que nadie puede darnos, sólo nosotros mismos. Respuestas que igual sería mejor ni saber... Tenemos miedo, miedo al qué pasará, al qué dirán, a que nuestro mundo de color de rosa se vuelva negro, a que no haya vuelta atrás, a perderlo todo o a no ganar nada...

¡Qué felices son los necios!

Sólo os digo: haced caso al "carpe diem" y no os comáis la cabeza.....ya me la comeré yo por todos vosotros.

 Consejo raro...    
¿ Y si....estoy loca?


martes, 24 de mayo de 2011

Presentación

Podría empezar con un tema a lo loco y quedarme tan ancha...
...pero todo blog que se precie merece una presentación.

Este blog no va a ser un blog "mono tema", va a ser un diario, un cuadernillo en el que escribir todo lo que se pase por la cabeza. Algunas veces con sentido, otras veces...locura pura, pero siempre desde lo más profundo.

Sin gastar tinta, pero desgastando las yemas de los dedos para el disfrute de todo el que quiera.

Gracias por formar parte de mi locura.