lunes, 13 de junio de 2011

Lo de antes...

¿Qué ha sido de aquellos columpios de cuando era pequeña?
Aquel que eran 3 rectángulos unidos a un cilindro en el centro, al que te subías y empezabas a girar hasta acabar mareadísima. Los típicos columpios de un tablón d madera (o hierros) con cadenas, que cuando te columpiabas parecía que se iba a desmontar todo. Esos toboganes planos que te destrozaban el trasero al llegar al final. Ese suelo de cemento o piedrecillas al que caías haciéndote heridas, pero del que te levantabas como si nada. Los balancines de hierro a los que se les había desgastado la goma del tope y como no apoyaras los pies a tiempo te pegabas un culetazo de los buenos. Aquellos columpios que chirriaban al usarlos, como en las películas de miedo.

Ahora los suelos son de goma, los columpios blanditos y con arneses de seguridad. No hay esquinas, es todo redondeado. Los toboganes circulares, algunos hasta cubiertos. Han desaparecido parques, han reconstruido otros tantos, y otros los han convertido en "áreas de ejercicio".

Antes los columpios eran más simples y peligrosos, pero nos hacían más fuertes. Ahora al mínimo rasguño ya se llora, y a la menor caída los huesos se fracturan.

¿Y los juegos de antes?
El escondite; 1,2,3 carabin bom ban; la comba; los gogos; balón prisionero; polis y cacos; bote bote; stop; todos los juegos de palmas (baba bebe, malacatuli, el conejito de la suerte, el chino mandarín....); los juegos de mesa como el parchís o la oca...

Ahora si el juego no funciona a través de una pantalla no es muy popular...

No digo que haya que estancarse en el pasado, sino que tendríamos que unir lo mejor de cada época. Yo juego a la play, wii, xbox....pero de vez en cuando echo de menos todo lo de antes....



El mundo está loco...



jueves, 9 de junio de 2011

Vivir para trabajar

Por el día: Aguantando clientes maniáticos y especialitos, escuchando quejas, viendo desigualdas, descubriendo injusticias, esperando milagros, echando de menos la compañía, deseando que pase otro día, riendo un poco, desilusionándome demasiado...

Por la noche: Hablando del día, intentando desconectar, recuperando vida social (aunque sea a través de una pantalla), jugando, enterándome de lo que pasa en el mundo, acordándome de cosas, olvidando otras tantas, dándo vueltas en la cama, durmiendo a pierna suelta, soñándo un mundo mejor o teniendo pesadillas...


Fines de semana o festivos: Durmiendo hasta las tantas, comiendo platos ricos, quedando con los amigos, riéndome sin parar, viendo películas y series, jugando en compañia, saliendo a dar una vuelta, conduciendo por la ciudad, abrazándo y besando a mi novio, haciendo planes para la próxima, divirtiéndome...


Está claro a favor de qué días está la balanza...

Porque yo no vivo para trabajar... yo trabajo para vivir la vida que tengo fuera del trabajo.


Si no llega el finde ya me volveré loca...


miércoles, 1 de junio de 2011

Valiente.

El valiente no es el que más grita o el que menos caso hace, el valiente es el que se enfrenta al problema, lo arregla, lo olvida, lo perdona y, sobre todo, no guarda rencor. Y si cuesta mucho, lo sigue intentando una y otra vez.

Pero en este mundo cada persona es un universo, y tiene diferentes formas de enfrentarse a la vida.

Cobarde. Retuerces las cosas, siempre tienes que tener tú la razón, aunque sepas que estás equivocado. Huyes cuando te ves acorralado y callas, agachando la cabeza, cuando no tienes ningún argumento para defenderte.

Vas diciendo cosas por la espalda, tiras la piedra y escondes la mano. Qué fácil es soltar cuatro cosas, quedar "bien" y desaparecer en el universo. Échale la culpa a los demás, cobarde.

Valiente, que a pesar del tiempo y del pasado consigues pasar página, pero sin borrar lo bueno, y luchas por tener aunque sea una mínima parte de lo que fue. Que te tragas el dolor y te comes el orgullo, defiendes lo indefendible, cueste lo que cueste.

Dices lo que piensas, con tacto y a la cara, mirando a los ojos, por mucho que sepas que tu discurso va a sentar mal. Pero es tu opinión. Expresas tus sentimientos, hasta con el más mínimo detalle, valiente.

Cobarde. Sonríes, asientes y te vas. Que te vaya bien, cobarde.

Valiente. Que no tienes miedo a decir "Te quiero", "Lo siento", "Te perdono", "Te echo de menos". Sigue así, valiente.

Valiente locura la mía...